Al margen de cualquier interés subyacente se trata de un gesto solidario las mil millones de dosis de vacunas contra la covid que China aportará a países africanos.
Además de la donación de 600 millones de unidades, el presidente Xi Jinping anunció que su país implementará decenas de otros proyectos en el sector salud, la tecnología digital y la seguridad. Para un continente que ahora sufre las consecuencias de la aparición de la variante ómicron, la solidaridad de China es como una bendición.
Si bien es cierto que los chinos son los primeros socios comerciales del continente, la pandemia de la covid y sus variantes han asfixiado más su economía.
La promesa de Jinping es más que un bálsamo para países que no disponen de recursos para adquirir las dosis necesarias para una amplia jornada de vacunación contra el virus.
China ya ha entregado a países africanos más de 160 millones de dosis, de las cuales una gran parte ha sido en donación.
El de China es un buen ejemplo, pues ante el drama de la pandemia las potencias tienen que ser más solidarios con los países que carecen de recursos para inmunizar a su población.
