No puede hablarse de nubarrones que ensombrezcan la jornada proselitista, pero aún así es altamente significativo el respaldo del Conep (Consejo Nacional de la Empresa Privada) a la Junta Central Electoral (JCE).

La decisión externada por el presidente del gremio empresarial, Celso Juan Marranzini, parte de la satisfacción propiciada por las explicaciones sobre el montaje del certamen.

El Conep no vaciló al expresar su confianza de que las elecciones serán transparentes tras conocer los detalles sobre la logística, la impresión de las boletas y otros aspectos de las votaciones del 18 de este mes.

A pesar de los cuestionamientos de la oposición la JCE se ha ganado, por lo menos hasta hoy, la confianza de la población en cuanto a la organización de las votaciones.

Como en otros tiempos no han primado las decisiones unilaterales, sino que en todo momento se ha buscado el consenso de los partidos políticos.

Que el proceso transcurra sin sobresaltos es un buen logro a estas alturas de juego. Las malas experiencias, que son un referente, tienen que quedarse en el pasado.

Sería frustratorio cualquier elemento que empañe siquiera ligeramente un proceso que ha contado con tan auspicioso respaldo.

Aunque haya tomado las debidas previsiones y la opinión pública pondere el trabajo, la JCE no debe ver el respaldo del Conep y otros sectores como una suerte de cheque en blanco.