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Inconducta de mentir

Inconducta de mentir

José Antonio Torres

La mitomanía, también conocida como pseudología fantástica, es un trastorno psicológico que consiste en una conducta repetitiva del acto de mentir. La persona mitómana suele mentir de manera espontánea con el fin de conseguir beneficios como atención, admiración o bien evitar un castigo.

¿Por qué mentimos?. La mentira forma parte de nuestro repertorio en nuestro día a día.
Normalmente las personas que sufren este tipo de trastorno suelen utilizar las mentiras como fuente de refugio frente a una realidad que no le gusta. Suelen tener problemas de autoestima, ya que se empeñan en parecerse a quienes giran en su entorno.

A veces muchos usan las mentiras para evitar consecuencias negativas o algún reproche, como cuando llegamos tarde a una cita u olvidamos algo que entregar en el trabajo. No obstante, todo tiene su peligro detrás, ya que los mitómanos pueden llegar, sin proponérselo a poner en riesgo la vida y bienes de otros.

Además, el mentiroso patológico a veces no reconoce que miente, lo hace de manera inconsciente y sin una necesidad de sacar algo, aunque hay ocasiones en las que sí reconoce que se miente e incluso es capaz de creer lo que dice, creando recuerdos falsos.

Al hablar de la mentira, hablamos también de un beneficio espontáneo que refuerza la conducta.
Cuando un mentiroso compulsivo miente, no tiene porqué haber una razón para ello, es como si sintieran reales cosas que no lo son, o se creyesen sus propias mentiras y las viesen como realidades.

Se podría decir que un mentiroso compulsivo se da en personas que han normalizado la mentira y les resulta más fácil mentir que decir la verdad, creando así su propia realidad en la cual obtienen un beneficio, evitando ser dañados por la verdad, que para ellos duele.

Dicen algunos estudiosos de la conducta que una de las causas y a la vez síntoma de las personas que mienten es la baja autoestima, la necesidad de reflejar una realidad que les haga parecer más interesantes y ser aceptados en su entorno.

De modo que lo recomendable para estas personas es fortalecer su autoestima, mejorar las habilidades sociales y la resolución de conflictos.

La persona tiene que sentirse satisfecha con su realidad y consigo misma. Que sea consciente de los problemas que genera este tipo de inconducta, que generalmente termina con pensamientos y acciones negativas hacia los demás.