La detención de un venezolano y dos dominicanos con relación a un cargamento de 337 kilos de cocaína confiscado en las costas de Barahona amplifica interrogantes sobre la lucha de la DNCD contra el narcotráfico.

Por lo regular la DNCD opta por interceptar la droga transportada en lanchas rápidas o recogida por evidentes mensajeros, en lugar de dejar que la mercancía llegue a su destino.

Es el mismo método que se utilizaba en el pasado y, como se recordará, provocó un ruidoso alboroto en el caso de un cargamento atribuido al excapitán Quirino Ernesto Paulino Castillo, en 2004, en Los Alcarrizos.

En ese momento se dijo que la cocaína estaba destinada a una empresa de zona franca de Santiago. Que la DNCD continúe con el mismo método de impedir que los trasiegos lleguen a su destino genera suspicacias. Es difícil creer que los detenidos en Barahona eran los dueños del cargamento decomisado por la DNCD.

Lo más que confesarían es que se les pagó para transportarla, no para proteger a nadie, porque probablemente no lo saben. Como se trata de varios casos la DNCD tendrá que replantearse el método en su lucha contra el narco.