El acuerdo entre la Asociación Dominicana de Profesores y el ministerio de Educación es positivo, Plantea mejorías sustanciales en el nivel de vida de los educadores, y aminora su deseo de tener la tea encendida.

Ahora queda pensar de lleno en el venidero año escolar. Hay que trabajar todos unificados para mejorar el sistema y ese esfuerzo tiene que ser sustentado tanto por el gremio como por el ministerio.

Los maestros merecían, y necesitaban, las reivindicaciones que obtuvieron, pero ayer como hoy, no se debe olvidar que su principal tarea es dar clase y mantener el orden en los planteles.

Ya hemos visto en el último año escolar, que los maestros dedicaron paridad de tiempo a protestas, y a la docencia. Los cuadros de los exámenes hablan de grandes desigualdades y debilidades en el aprendizaje.

Hay que comenzar de cero con el venidero año escolar. Poco se puede rescatar del pasado. Fue una etapa de violencia en los planteles, de irrespeto de profesores, de suspensión de clases por cualquier menudencia y de un pensum que se quedó en el olvido.

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El maestro nunca debe olvidar que es el ejemplo y el conductor de las nuevas generaciones. Al maestro le toca encender el faro de la enseñanza y cada día ir forjando a los líderes del futuro.

Con el tiempo, el educador dominicano se olvidó de que su principal responsabilidad es con la enseñanza, toda conquista gremial, económica y social tiene que ser ligada al avance de la escuela.

Hay tropiezos para el próximo año escolar, que podrían ser insalvables si desde ahora no se comienzan a corregir. Este debe ser la etapa en que se trabaje con libros de textos. Hay que incluir la moral y la cívica en el programa de la educación básica.

Tenemos la esperanza de que este acuerdo entre la ADP y el gobierno permita realizar uno de los años lectivos más productivo, a nivel académico. Hay que mantener el orden y la disciplina en el entorno escolar, y ahí todos son responsables.

La ADP ya obtuvo sus conquistas económicas, ahora le toca dar el frente y unirse a una marcha gigantesca para mejorar la escuela dominicana.

Que los errores y la prepotencia queden en el pasado, y trabajo, disciplina y acción sea la consigna de ahora. ¡AY!, se me acabó la tinta.

Manuel Hernández Villeta