La XXV Feria del Libro ha sido un éxito de público, de ventas, de ejercicio del pensamiento intelectual, de intercambio entre grupos de editores, escritores y gestores de la literatura.

Mañana lunes 4 de septiembre concluye la XXV Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2023, tras un proceso que ha dejado importantes lecciones y que ha permitido producirle un perfil nuevo, un rediseño acertado, con un criterio en la calidad de su gasto, con nuevos espacios climatizados para la interacción entre lectores, escritores, libreros y animadores de la cultura.

La Plaza de la Cultura nunca debió dejar de ser el campus natural para la celebración de esta, la más grande fiesta de la cultura popular dominicana en torno al libro, sobre todo tras la renovación de sus museos (iniciativa del gobierno de Danilo Medina Sánchez y su ministerio de Cultura, y concluida por el actual Ministerio de Cultura y Ministerio actual de Obras Públicas).

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Lo que se logró con esta vigésimo quinta edición constituyó una transformación de los espacios, del perfil y de reversión de una serie de aspectos que permanentemente tienen un efecto negativo:

a) El caos del tránsito en derredor (que tenía entre muchos efectos negativos, la alteración del ambiente de paz que merecen los vecinos).

b) La excesiva cantidad de zonas de comida, que sin dudas es necesaria pero que no requería de una presencia abrumadora y competitiva entre ofertas de bebidas carbonatadas y pizzas.

c) La instalación alrededor de la Plaza de la Cultura de tarantines con artesanía sudamericana.

d) La existencia de ofertas no bibliográficas (artesanías, juegos, bisutería y otros) dentro del campus.

Es un deber al que llama la crítica responsable, el reconocer cuando una labor, cuando una jornada, ha sido realizada con excelencia, mejorando aspectos deficientes, aceptando retos y desafíos (incluyendo un boicot tras presiones indecible a los escritores que venían – y que decidieron venir de todos modos, dos proposiciones, una tormenta que obligó a cambiar de fecha la apertura, situaciones personales inesperadas (sobre todo con casos serios de salud, de familiares de algunos de los responsables del montaje).

El país rindió homenaje a Jeannette Miller, como uno de los patrimonios literarios del país y sobre cuya obra poética, ensayística, de investigación y de narrativa corta y de largo esfuerzo, es mucha la gente que tuvo noticias.