El Gobierno se afana en encontrar alguna fórmula de subsidio para evitar que el incremento en los precios internos de los combustibles se refleje en aumento en los costos del transporte público de pasajeros, tarea difícil ante un escenario de crisis al alza en la producción y comercialización internacional del petróleo.
Si el mercado de combustibles fósiles y gas natural prosigue en desbandada, aun sea durante el primer trimestre de este año, las autoridades tendrían que elaborar un recetario completo para aliviar el impacto inflacionario sobre los precios de energía eléctrica, bienes y servicios.
El petróleo de referencia WTI Texas cerró la semana por encima de los 87 dólares el barril, impulsado por una frenética compra física que a su vez impulsa los contratos a precios futuros, sin que la producción haya aumentado de manera significativa.