Opinión

Legado de la esclavitud

Legado de la esclavitud

José Antonio Torres

José Antonio Torres
josetorres60@hotmail.com

La existencia de tierras baldías en el Caribe favoreció el comercio de esclavos desde el siglo XVI hasta mediados del XIX, convirtiendo esta actividad en un negocio boyante que, motivó la captura de más de 12 millones de personas en África y su venta en territorios caribeños.


De esa forma se crearon asentamientos humanos y cultivos de productos tropicales de gran demanda en toda Europa, haciendo próspero el negocio, más si tomamos en cuenta que la mano de obra era gratis y fácil reposición.


La costa occidental de África fue de donde se extrajeron un mayor número de esclavos, a los que se marcaba como reses y se embarcaba en una travesía con varias escalas que duraba hasta seis meses, muriendo en el trayecto casi la mitad de los embarcados.


Pero a mediados del siglo XVI con nuevas rutas, comenzaron hacer el viaje directo desde África a los puertos americanos. Los navíos eran buques mercantes con una capacidad para entre 200 y 800 personas, y tasa de mortalidad se redujo a sólo entre 15 y 20%, así como la duración de la travesía a entre uno y dos meses.


Doce millones de africanos fueron esclavizados en América


Sin embargo, el esclavo nunca fue un sujeto pasivo. No dejó de esforzarse por mantener sus tradiciones y conquistar espacios de libertad. Desde el siglo XVI se produjeron rebeliones.


La primera de las rebeliones se produjo en La Española (hoy isla de Santo Domingo), en la Navidad de 1521 en el ingenio azucarero del gobernador colonial Diego Colón, en las afueras de la ciudad.

Algunas se quedaron en revueltas, otras consiguieron marcar un nuevo ritmo en la historia mundial: por ejemplo, la Revolución de Saint-Domingue de 1791, que finalizó con la creación de Haití, en 1804, por exesclavos.


El documental “La esclavitud y el legado cultural de África en el Caribe”, que sirvió de base para este artículo muestra uno de los fenómenos de mayor vergüenza para la humanidad. Ojalá cada americano y caribeño pueda verlo con sentido crítico de modo que sirva para despertar el orgullo de nuestras raíces africanas.

El Nacional

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