Santo Domingo.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió esta semana, al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), aprobar una resolución que permita a una fuerza internacional intervenir en Haití, como forma de restaurar el orden en esa nación.

La sugerencia de Biden contó con el apoyo inmediato del presidente dominicano, Luis Abinader, quien ha solicitado en varias ocasiones a la comunidad internacional, que “se ocupe de los problemas de Haití”.

La fuerza internacional estaría liderada por el Gobierno de Kenia, un país africano que también adolece de orden y atención, en ciertos aspectos.

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Pero, ¿podrá esta fuerza poner orden en un país controlado por grupos armados, que cuentan con apoyo internacional, incluso, en Estados Unidos, y que ya vio pasar a tropas de los Cascos Azules de la ONU, que solo sirvieron para crear más problemas en esa nación.

La preocupación de Biden podría ir más allá de poner fin al desorden que impera en el vecino país y de una supuesta “solidaridad con el Gobierno dominicano”, que está inmerso en una crisis política con Haití, generada por la construcción de un canal de riego en el río Masacre.

Resulta que hay un candidato llamado Moïse Jean Charles, de 56 años, que cuenta con el apoyo de los países alineados en el bando ruso, y ello podría estar preocupando al Gobierno de Washington.

Jean Charles es un hombre con gran conocimiento de geopolítica y ya se ha reunido con personajes de la talla de Vladimir Putin, Lula Da Silva y el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.

Biden no quiere nada que pueda aumentar la presencia de Rusia en América Latina, donde ya la potencia euroasiática cuenta con socios como Venezuela, Cuba, Brasil y Nicaragua.

Argentina también está tratando de dirigirse por ese camino, ya que ve así una oportunidad de recuperar las Islas Malvinas, controladas por Inglaterra.

El apoyo de Jean Charles es bastante alto en el pueblo haitiano, y se dice que hasta militantes del poderoso Grupo Wagner lo han contactado.

Wagner, un grupo de mercenarios rusos, tiene presencia en Venezuela y Nicaragua, según afirman expertos en geopolítica.

Este político haitiano fue deportado de Estados Unidos el 25 de enero del 2022, tras viajar a África y Asia, en cuya aventura se habría reunido con autoridades chinas.