El tránsito es un caos que se agrava por la permisividad frente a las flagrantes violaciones en que incurren conductores y motoristas.

Por lo menos en la ciudad las señales de no estacione no se respetan, así como tampoco estacionar vehículos en las aceras o circular a contravía.

Ni hablar de las calles donde talleres de mecánica y negocios impiden el libre tránsito al apropiarse de los espacios. Pero el drama más desafiante y peligroso lo representan los motociclistas, quienes al parecer cuentan con licencia para violar la ley de tránsito.

Decir que los motoristas representan casi el 58% de las defunciones en accidentes de tránsito es poco para la temeridad con que se desplazan.

Ahora el asunto no está en decirlo, como ha hecho el Intrant, sino en tomar medidas efectivas para combatir la plaga para el tránsito en que se han convertido los motoristas.

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Si este país lidera las muertes mundiales en accidentes de tránsito la mayor cuota la tienen los conductores de motos o las autoridades que no ponen los debidos controles.

Con todo y que haya que encomendarse cuando se sale a las calles frente al pandemonio que caracteriza el transporte en la ciudad. Si el Intrant no interviene con acciones responsables el porcentaje de defunciones en accidentes de tránsito continuará batiendo récord.

Contra los motoristas se tiene que actuar de la misma manera que con los conductores, comercios y parqueadores que violan las leyes o que se han apropiado de los espacios.