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Machismo en las redes

Machismo en las redes

Naim Darrechi se ha despachado con un borbotón de violencia en la cara de todos y todas.  Con apenas diez y nueve años, este español ha colocado en la vitrina de varias redes sociales un enunciado perverso. Como si fuera poco su poder de penetración, a este jovenzuelo lo acompañan más de 30 millones de seguidores, la mayoría menores de edad.

Un  influencer es un comunicador, con la capacidad de cambiar la vida de sus seguidores; un privilegio y una responsabilidad.  Darrechi alega que le cuesta usar preservativos durante el coito, prefiere terminar dentro del cuerpo de mujer sin verse obligado a volcar su líquido al exterior.

 Para lograr su hazaña sin inconvenientes, alega ser estéril o estar operado para no tener hijos. 

Este referente de millones de jóvenes, invita a ejercer  violencia contra las mujeres, a abusar sexualmente  de ellas bajo alegatos falsos, amparado en  el engaño. Asume que las mujeres no merecen respeto, para él son un sujeto sin derecho y  promueve el abuso sexual  al no contar con el consentimiento de su pareja a la hora de tener  relaciones sexuales sin protección. Un bestial acto de promoción  a la violencia contra las mujeres.

Darrechi no paga las consecuencias de sus actos. 

Considera que es raro que no haya embarazado a una mujer porque no usar preservativo. Sí su discurso fallará, y llega el hijo, se despacha con la contundente frase de quien no se ve afectado, si llega el embarazo, “bendito sea”.

Si algo sabe este influencer es que los hombres no se embarazan, y sólo las mujeres ponen en riesgo su vida y salud.  Asunto de mujeres. El mensaje subyacente es -me divierto con el cuerpo de las mujeres, nada me toca, soy supermacho-.

Comentarios como este evidencia la urgencia de fortalecer la educación sexual y reproductiva. La misma debe ofrecerse antes de iniciar la vida sexual, esta evita el florecer  de mitos en temas de sexualidad.

La equidad de género es un tema estructural que debe ser abordado por todos y todas. Mientras  las mujeres se promuevan como objetos, las asumiremos como tal.

La violencia contra la mujer es un tema de poder, de poder político, y de derechos. Los derechos se defienden emprendiendo acciones judiciales. Con el auge de las redes sociales reproduciendo la conciencia colectiva, la democracia amplía su deuda con las mujeres.

Por: Liliam Fondeur (lilianfondeur@gmail.com)

El Nacional

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