Por más real que sea la mejoría en materia de seguridad ciudadana no es como para que el Gobierno se sienta satisfecho con los resultados de sus programas para enfrentar la delincuencia callejera.

Además de exigua tomando de referencia los resultados de la encuesta de Barómetro de las Américas, en la población prima el temor a la delincuencia.

La firma encontró que de 1 de cuatro personas que en 2020 había sido víctima de algún acto de violencia, en 2021 se redujo a 1 de 5.

Ahora mismo, por ejemplo, se ha denunciado una nueva modalidad de asaltos protagonizado por personas que andan bien vestidas y hasta en vehículos de lujo.

Pero el ministro de Interior y Policía, Jesús Vásquez Martínez, defiende que la mejoría en seguridad ciudadana se puede percibir en Santiago y en cualquier otra localidad.

Vásquez Martínez ha sido sincero al reconocer que se trata de un problema que no se puede resolver de la noche a la mañana, aunque llama la atención que las autoridades concentren sus esfuerzos en el aspecto represivo, como la reforma de la Policía, y no en políticas sociales. La mejoría reivindicada por el Gobierno plantea sus reservas.