El caso de la niña que murió en el hospital de maternidad de Los Mina y que los familiares atribuyeron a desatención médica es otro aviso que llama la atención de las autoridades sobre la necesidad de velar por el estricto cumplimiento del protocolo y el buen servicio de salud en los hospitales.
Jésica Ortiz, madre de la bebé fallecida, denunció que el deceso de su hija fue resultado de negligencia médica e incluso afirmó que una doctora, a quien no identificó, había apagado un monitor con el que asistía a la niña porque el ruido le molestaba.
La dirección del centro médico negó que la niña, quien permaneció nueve días en cuidados intensivos, haya fallecido por falta de asistencia. Una nota suministrada por el Servicio Nacional de Salud señala que en el caso de la niña se cumplió con el protocolo y que no es verdad que se apagara un monitor a través del cual se observaban las condiciones de salud.
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La percepción de la madre frente al deceso de su hija compromete a las autoridades a velar para que el personal médico y administrativo de los hospitales cumpla con sus obligaciones al pie de la letra. Es posible que la señora Ortiz haya errado en su afirmación, pero sin ignorar que son muchas las denuncias contra el mal servicio de los médicos en hospitales.

