Editorial

No es un juego

No es un juego

Con 5,201 contagios en 24 horas, la propagación del coronavirus se ha desbordado a tales niveles que las autoridades han extraviado su control, aunque desde el ámbito oficial se pregona la especie de que ómicron, la variante de mayor difusión, presenta baja tasa de letalidad y de hospitalización.

El excesivo optimismo prevaleciente en el Gobierno y la población sobre la inocuidad de la variante ómicron contrasta con la alarma que se ha accionado en Estados Unidos, Europa y América Latina, ante la posibilidad de que su rebrote derive en nuevas variantes más peligrosas como advirtió ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La responsable de emergencias de la OMS, Catherine Smallwood, dijo que el aumento de las tasas de infección podría tener el efecto contrario porque cuanto más se extienda, se transmite, se replica y tiene más posibilidades de generar una nueva variante.

Científicos franceses anunciaron ayer mismo que descubrieron en la región de Marsella una nueva variante de coronavirus, procedente de Camerún, con 46 mutaciones, mucho más contagiosa que ómicron, lo que consolida la versión de la OMS de que prevalece el riesgo de que se generen nuevas mutaciones más letales.
Finalizada la rumba para baile del período navideño, las autoridades se colocan las manos en la cabeza ante la disyuntiva de reabrir o mantener cerradas las aulas ante el rebrote de ómicron, pero la verdad es que el Gobierno no ha movido un dedo para advertir a la colectividad sobre las consecuencias de este nuevo escenario de calamidad sanitaria.

La gobernación de Puerto Rico dispuso que todos los negocios privados deben cerrar desde la medianoche hasta las 5:00 de la mañana, así como prohibir las reuniones de más de 250 personas, pero aquí la restricción se limita a la presentación de la tarjeta de vacunación, requisito que no se cumple en la mayoría de los casos.

No debería mercadearse la versión de que la propagación del coronavirus no ha incidido en el aumento de la ocupación hospitalaria, porque el boletín epidemiológico de ayer arrojó un incremento en el porcentaje de ingresos de pacientes con la covid de un 19% a un 24%, como también aumentaron en un 9% las áreas de cuidados intensivos.

Lo que ocurre en el país en términos sanitarios no debería asumirse como un juego electrónico o de ruleta rusa, sino como un claro desafío de autoridades y población frente a la desbordada proliferación de un virus que trastorna las actividades económicas y aunque se niegue, pone en peligro la vida de la población.

El Nacional

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