Editorial

Notas de alivio

Notas de alivio

Las economías latinoamericanas afanan por lograr o preservar estabilidad macroeconómica en un ambiente matizado por un difícil entorno externo de   elevados precios del petróleo, materias primas de origen agrícola y carestía de fletes y contenedores, lo que a su vez se refleja en potenciales crisis cambiarias.

República Dominicana forma parte de un reducido grupo de países en la región que han logrado óptimos niveles de recuperación económica asociado con  buenos indicadores de inversión extranjera, remesas, turismo y exportaciones.

Ese proceso de recuperación económica se atribuye básicamente a medidas aplicadas por el Banco Central, que incluye aumento de su tasa de política monetaria y operaciones de mercado abierto para reducir liquidez en pesos de las entidades de intermediación financiera a los fines de afrontar las presiones inflacionarias.

Esa política de normalización monetaria se traduce en el fortalecimiento del peso dominicano, que muestra una apreciación interanual de un 2,7% frente al dólar estadounidense, tanto así que al viernes el tipo de cambio se cotizaba 56.55 en el mercado abierto de divisas, conforme a reportes del Banco Central.

La estabilidad en el tipo de cambio y apreciación del peso son armas de naturaleza monetaria disponibles para influir en la moderación de la inflación, mayormente aguijoneada por un difícil entorno internacional, además de servir de aliciente a la inversión extranjera directa.

A pesar de los daños que la pandemia infligió a la economía, el déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos se situó en 2021 en 2.5% del Producto Interno Bruto (PIB), por debajo del promedio de los últimos 10 años, que pudo ser financiado por la inversión extranjera que superó los US$3,000 millones.

La economía dominicana recibió el año pasado US$34,039 millones, superior en US$3,422.5 millones al flujo de divisas reportado en 2019, lo que unido a las operaciones del Banco Central de mercado abierto y en especial en el mercado cambiario, contribuyen a la estabilidad relativa del tipo de cambio.

La fortaleza del peso, las robustas reservas internacionales del banco emisor, junto a sus operaciones oportunas para reducir liquidez al sistema de intermediación financiera y  garantizar equilibrio en el mercado de divisas, representan tipo de blindaje a la estabilidad macroeconómica, instrumentos para moderar inflación e incentivar a la inversión extranjera.

El Nacional

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