Editorial Opinión

Palabras de alivio

Palabras de alivio

El presidente Luis Abinader anunció anoche que solicitará al Senado posponer el conocimiento del proyecto de fideicomiso de Punta Catalina hasta que sea conocido por el Consejo Económico y Social (CES) y reciba las opiniones de los sectores que quieran aportar para buscar el mecanismo apropiado, de transparente manejo y preservación  de  esas termoeléctricas.

La población recibe esa decisión presidencial con alivio porque desactiva un problema difícil causado por una iniciativa que, aun tejida con hilo de buena fe, se habría convertido en  enredadera de aprensión y dudas sobre el destino de ese complejo  de generación eléctrica estatal.

El jefe del Estado ha colocado nueva vez oídos en el corazón de una ciudadanía que por diversos medios expresó preocupación por la forma y contenido de ese fideicomiso, aunque el debate público se desvió hacia una sospecha de que Punta Catalina sería privatizada.

Para despejar dudas, el mandatario afirmó que  el Estado “es y seguirá siendo único propietario de  todos los bienes y derechos aportados por el Gobierno para la creación del fideicomiso Punta Catalina”, además de reiterar que deberá manejarse de forma transparente y eficiente.

Lo relacionado con la identificación de figura jurídica que resulte conveniente para la administración de  ese consorcio de generación eléctrica ha debido desde un inicio  presentarse y discutirse en el CES,  que se erige como la más sólida y concurrida plataforma de consenso, donde, además, se aprobó el Pacto Eléctrico.

El Presidente ha subsanado una falla de origen que consistió en la gestión de  aprobación sin el debido consenso de un proyecto que involucra un bien público que se erige como la nave nodriza del subsector eléctrico, aunque se diga que en él no hay resquicio de privatización.

Una auditoría técnica preliminar ya concluida sobre el estado de esas plantas y otra que arrojaría los detalles financieros de ese proyecto, así como un pedido presidencial a la Cámara de Cuentas para que  realice otra auditoría, ayudarán a consolidar el ideal de claridad y transparencia que refiere el mandatario en el manejo de Punta Catalina.

Con su proclama de que mientras sea el mandatario del país las termoeléctricas de Punta Catalina no serán privatizadas, el presidente Abinader inyecta una conveniente y necesaria dosis de tranquilidad a una población cansada de que le oferten gato por liebre. El discurso de anoche desactivó un serio problema.

El Nacional

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