El compromiso asumido ayer por los delegados de los partidos políticos ante el pleno de la Junta Central Electoral (JCE), es un alivio en una sociedad donde el proselitismo no para, y las legislaciones electorales son tan débiles que no establecen consecuencias importantes para los violadores de los plazos.

En el encuentro todos estuvieron de acuerdo en la necesidad de rubricar resoluciones que contemplen sanciones para los violadores de las debiluchas leyes de Régimen Electoral y de Partidos y Agrupaciones Políticas.

Tal es así que a lo más que se había atrevido la JCE fue a convocar a las organizaciones políticas para advertirles de las sanciones que contemplan las legislaciones 33-18 y 15-19 sobre el proselitismo extemporáneo.

La sociedad espera que con la firma del documento de responsabilidad que harán los partidos el próximo jueves 3 de noviembre se produzca una pausa en el proselitismo, y que los partidos comiencen a actuar con prudencia y apego a los compromisos contraídos, porque la realidad es que sin la colaboración y compromisos de los partidos, la JCE podrá tener la mayor voluntad para actuar frente a las violaciones, pero es claro que está limitada por las propias legislaciones.

Partidos y candidatos han estado permanentemente en campaña, de una manera o de otra, por lo que en este momento lo prudente es que nadie se lave las manos culpando a otros y que todos se circunscriban a cumplir a cabalidad con la carta compromiso que firmarán la semana próxima.