La ciudadanía respondió con orden y civismo el compromiso con las urnas que tenía ayer domingo para escoger a alcaldes, regidores, directores de distritos y vocales para el próximo cuatrenio.

El clima de seguridad y confianza propiciaban la responsabilidad y el respeto con que los electores acudieron a los centros de votación para renovar el valioso compromiso con el sistema democrático.

Sin mayores incidentes la gente votó con rapidez, porque los centros fueron habilitados para un ejercicio ágil.

La JCE se ocupó de crear las condiciones técnicas para garantizar tanto la seguridad de los votantes como del propio sufragio.

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Es un reconocimiento que merece, sobre todo ante las denuncias de supuestas irregularidades formuladas en la víspera por la oposición.

Existirán siempre sus críticas, pero en la parte organizativa la JCE se ocupó hasta el último momento de que el certamen fuera un ejemplo de seguridad y transparencia. Las razones por las que no sufragara más gente es harina de otro costal.

Lo importante es que acudiera a los centros a depositar el voto por el candidato de su preferencia. O simplemente en blanco. Con el comportamiento y la buena organización del proceso, la democracia y el sistema electoral se fortalecen.

Quienes estén inconformes con los resultados no tienen más que recurrir a las instancias correspondientes para exponer sus razones, como consigna el propio sistema.