En la batalla para procesar a los depredadores de las dunas de Baní y otros recursos naturales, el ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, merece el apoyo de los sectores que se identifican con la sensatez y el patrimonio público.

En esa lucha las autoridades enfrentan intereses poderosos, políticos y económicos, que habitualmente se escudan en la persecución para tratar de salirse con las suyas.

De un tiempo a esta parte han ocurrido varios incendios en la sierra de Bahoruco que las propias autoridades atribuyen a manos criminales.

En las dunas de Baní se detuvo a un comerciante y se retuvieron equipos pesados que eran utilizados para transportar arena extraída de manera ilegal.

El ministro Jorge Mera ha declarado su determinación de enfrentar a la “mafia de las dunas”, aludiendo a los sectores que comercializan con la extracción y venta de los materiales.

Para proteger el monumento natural Medio Ambiente instalará casetas y garitas de vigilancia en los puntos más utilizados por los depredadores.

Es de mucho aliento la promesa del funcionario de que no habrá impunidad ambiental, lo que significa que los depredadores tendrán que pagar por sus acciones.

Hacía falta que las autoridades se empoderaran para preservar los recursos naturales y por tanto el medio ambiente.

Ahora sólo falta que se cumplan esas promesas. Parques, playas, ríos, humedales y lagunas han sido víctimas de cortes y extracción de materiales de construcción.