Si sientes preocupación y tensión gran parte del tiempo, además de un miedo extremo ante situaciones que realmente no lo ameritan, podrías estar sufriendo de ansiedad.
“Es como si tu vida transitara por un campo minado que puede explotar en cualquier momento, pero no existen tales bombas ni dinamitas. Todo está en el pensamiento y el descontrol de las emociones”, completa el doctor en psicología y ciencias de la salud, Luis Vergés.
Entre otros factores, la pandemia provocó muchas ansiedades en el mundo, fortalecidas por el miedo a perder familiares y amigos. Ese aumento de inseguridad es arrastrado por muchos todavía años después de aquel episodio desconsolador.

Para enfrentar de manera saludable la ansiedad, lo ideal es buscar ayuda profesional de un psicólogo o psiquiatra, además de identificar los miedos y sus causas, hacer ejercicios de relajación, monitorear los niveles de ansiedad, y consultar un profesional de la nutrición de modo que se logre un balance en la alimentación, agregó.
El procedimiento alternativo
El psicólogo clínico del Centro Psicológico Bienestar Familiar afirma que la relajación es el procedimiento alternativo a la ansiedad, agregando que todo lo que auspicie la calma, la paz, la confianza, la seguridad en uno mismo, la capacidad de percibir un estímulo, no como amenazante sino como neutral, es relajación.
En ese sentido Vergés sugiere algunas técnicas de relajación, que se pueden practicar en la cotidianidad, para contrarrestar la ansiedad:
-Entender que la ansiedad es un estado emocional desbordado y transitorio. Es un gran mentiroso que nos hace creer que vivimos una amenaza que la mayoría de las veces es irreal.
-Tratar de darnos cuenta de los méritos reales que tienen los eventos para hacernos sentir amenazados.
-Identificar los recursos mentales que tenemos para enfrentar las amenazas.
-No tomar ninguna decisión en estado de descontrol.
-DEPA, o sea: Detenernos, esperar, pensar y luego actuar. Nunca ser impulsivos.
-Enfocar la atención en al menos 2 minutos de las últimas 24 horas donde estuvimos tranquilos y felices.
-Enfocar la atención en las ganancias de mantenernos calmados sin dejarnos vencer por el impulso de complacer la ansiedad.
-Organizar nuestros pensamientos priorizando aquellos que se encuentran libres de juicios negativos y catastróficos.
-Valore el estar calmado.
-Respire profundo con los ojos cerrados contando mentalmente hacia atrás.
-Afloje los músculos que se encuentran tensos.
-Redefina las amenazas percibidas como retos posibles de enfrentar.