Editorial

¡Que no se hable más!

¡Que no se hable más!

Cinco muertos a balazos y un ciudadano estadounidense amordazado, golpeado y ahorcado es el resultado de un intempestivo incremento de la delincuencia y criminalidad en apenas 72 horas, que obliga a pensar que a las autoridades se les vuelve difícil controlar la violencia delincuencial y garantizar seguridad ciudadana.

Esos asesinatos se perpetraron desde el jueves en La Vega, Villa Altagracia, Distrito Nacional, Gaspar Hernández, San Cristóbal y Las Terrenas, municipio turístico de Samaná, donde el cadáver del estadounidense Mario Jack Oliver fue encontrado en el interior de una villa amordazado, con traumas craneales y señales de ahorcamiento.

Hay razones para que la ciudadanía exprese alarma y consternación por la espiral de criminalidad, más aun cuando en cuestión de horas y días asesinan a un mensajero al salir de una institución bancaria, al gerente de una estación gasolinera, a un exoficial de policía, en espeluznantes jornadas de atracos y asaltos.

Que no se hable más, que se enfrente de inmediato y con vigor la explosión de criminalidad que hoy abate a la nación, que incluye atraco a una sucursal bancaria y un asalto a las puertas de otra, clara señal de que la ciudadanía está hoy a merced de la delincuencia.

TRAGEDIA COREANA

Aflige al mundo la tragedia acaecida el sábado en Seúl, Corea del Sur, donde una aparente estampida durante las celebraciones de Halloween causó al menos 154 muertos y más de 160 heridos, drama dantesco que enluta a esa emblemática nación.

El terrible incidente se produjo en una callejuela próxima al hotel Hamilton, en la capital coreana, que al parecer servía como vía de paso a centenares de asistentes a los festejos con motivo de la tradicional festividad de origen estadounidense.

La poderosa base militar de Estados Unidos que opera en Seúl desde antes del cese al fuego en la guerra entre las dos Coreas, en 1953, ha contribuido a popularizar en Surcorea la celebración de Halloween Sur. La desgracia del sábado ocurrió en la cercanía de ese recinto.

Los dominicanos participan hoy de la congoja mundial que causa ese pavoroso suceso, al tiempo que el gentilicio nacional expresa solidaridad con el pueblo y en particular con los familiares de los fallecidos y los heridos.

El Nacional

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