Dentro de una semana se cumplirá el tercer aniversario de aquel 24 de febrero cuando Rusia lanzó una invasión a gran escala sobre Ucrania, tras haberse apoderado ya de Crimea y parte de la región oriental de Donbás en 2014.
Sin embargo, hay que recordar que el presidente de ese país Volodymyr Zelensky, fue azuzado por la administración de Joe Biden y varios líderes europeos para que provocará a Vladimir Putin con amenazas de integrarse al bloque de la OTAN.
Tres años de confrontación bélica con un saldo de casi un millón y medio de soldados muertos en ambos bandos, sin contar las víctimas civiles, ni heridos.
Según estudio, cuando se firme la paz Rusia y Ucrania habrían perdido en conjunto unos 260.000 millones de dólares, mientras los países europeos habrán cargado con unos 70.000 millones de dólares, de los que sólo a Alemania perdería US$20.000 millones.
Mientras los aportes de Estados Unidos en dinero y armas para Ucrania son incontable. Este conflicto también impacta en los precios de alimentos y materias primas como granos, aceite, aluminio, níquel e hidrocarburos.
Esas fueron razones por la que cuando Donald Trump, tomó la rienda del mundo el pasado 20 de enero, anunció que buscaría terminar con esa guerra y con esos fines rusos y americanos se reúnen hoy en Arabia Saudita, al margen de Zelensky y su grupo de títeres europeos.
Por eso fue que al encuentro de hoy tampoco fueron invitados a la conversación los líderes europeos, quienes optaron por reunirse ayer en París en una cumbre organizada a última hora por el presidente francés, ante el temor de que el continente quede excluido de las negociaciones.
Las reuniones por separado se darán tras una semana turbulenta en la que Washington mostró un cambio drástico en su postura frente a la guerra en Ucrania.
Esta vez, como en el pasado Estados Unidos y Rusia se dividirán a Ucrania, recuerden que lo hicieron con Alemania y Corea. Sin embargo el ganador será Zelensky que le tocará inmunidad y la fortuna que pudo acumular en medio del complicto.