En menos tiempo del transcurrido entre los asaltos a sucursales bancarias de Santiago y Santo Domingo, la Policía ha resuelto ambos casos con el apresamiento de la mayoría de los implicados, dos de los cuales fueron muertos en alegados intercambios de disparos con las autoridades.
De los cuatro hombres acusados por el atraco a la sucursal del Banco Popular de la avenida Luperón, Richard Michel Estrella Arias, de 26 años, fue localizado en una habitación de una cabaña en la autopista 30 de Mayo, donde fue mortalmente baleado supuestamente al enfrentar a tiros a la Policía.
Juan Eduardo Belliard Aybar, de 24 años, cayó abatido en otro supuesto intercambio de disparos en el sector El Hoyo, Santo Domingo Oeste, aunque sus familiares alegan que habría sido ejecutado, en tanto que Eddy Manuel Segura Arias, de 26 años y Jorge Luis Estrella Arias, de 36, se entregaron a la Policía.
Un juez impuso un año de prisión preventiva contra seis de ocho implicados en el asalto a la sucursal del Banco de Reservas, en La Barranquita, Santiago, además de declarar el caso complejo porque otros dos acusados siguen prófugos.
Al resaltar la eficiencia de la Policía en esclarecer ambos asaltos en menos de una semana, es preciso advertir que la institución está compelida a presentar evidencias de que Belliard Aybar y Estrella Arias cayeron en intercambios de disparos y que no fueron ejecutados, como afirman familiares.
Conforme a expedientes judiciales y policiales, los asaltantes de la sucursal del Banreservas habrían cargado con más de cinco millones de pesos, y los del Popular, con 1.5 millones, parte de los cuales habrían sido recuperados por las autoridades.
Al Ministerio Público corresponde sustentar el fardo acusatorio contra los implicados en esos asaltos, así como precisar el grado de culpabilidad de cada uno de los acusados, pero falta por saber si sólo fue coincidencia que esos atracos, con características similares, se ejecutaran en un intervalo de sólo nueve días.
A partir de esos asaltos a sucursales bancarias, las autoridades deberían asimilar la lección de que la delincuencia y la criminalidad no se abordan sólo desde frías estadísticas, comparaciones y porcentajes, sino desde la cruda realidad de una sociedad agobiada por el incremento de homicidios, atracos, asaltos, feminicidios y otras muchas modalidades del crimen y del delito.