La remoción del gabinete que anunció el presidente de Haití, Ariel Henry, contiene ingredientes positivos para salir de manera gradual de la crisis de gobernabilidad en que ha estado sumergida la nación.
En primer lugar la decisión parece que fue consensuada o contó con el visto bueno de la oposición. Y en segundo el Gobierno sustituyó y dejó sin funciones al polémico canciller Claude Joseph, cuyas intervenciones, nada diplomáticas, solo contribuían a incrementar las tensiones al menos con República Dominicana.