Román Andrés Jáquez Liranzo fue elegido presidente de la Junta Central Electoral (JCE) para el período 2020–2024 y devolvió la credibilidad y confianza ciudadana en ese organismo, respecto del cual mejoró notablemente los servicios a la ciudadanía respecto del registro civil, la modernización y agilización de los mismos y, en especial, logró dirigir con transparencia y efectividad, el proceso electoral de 2024, al cumplir su palabra de iniciar la divulgación de los resultados a las nueve de la noche del día de las elecciones.
El pleno de la JCE tiene que ser reinstalado con un personal que debe someterse (tal y como lo han hecho) a las consideraciones de una comisión especial del Senado, para determinar quiénes conducirán los rumbos de la institución electoral para desarrollar las labores que le son propias, y en especial la gestión del próximo proceso electoral.
Román Jáquez y el resto del pleno, demostraron que en el país existe gente con suficiente responsabilidad y capacidad como para desarrollar un proceso comicial diáfano y justo.
Creo en la capacidad y responsabilidad de Román Jáquez Liranzo, por lo que abogo para que permanezca al frente de la JCE. Abogo para que quienes tienen la responsabilidad de determinar la nueva composición de la JCE, mediten bien y le hagan un favor a su país.
En Román Jáquez tenemos un académico, un jurista electoral y un ciudadano modélico, digno de encomendar esa misión nuevamente. Lo conozco, en lo personal, poco. Lo reconozco sólo por sus acciones.
Creo que he conversado con él, diez minutos en mi vida.
No tengo, ni aspiro a tener ningún anuncio de JCE. Creo incluso que la JCE no debería pagar publicidad y que la necesidad de educar y divulgar los conceptos electorales, deberían ser un acto de responsabilidad de los medios, respecto lo que el organismo electoral necesite proyectar y promover.
Nunca he trabajado en la JCE ni aspiro a serlo. Ni ahora, ni después. Lo que sí me interesa es ahorrarle a este pueblo los traumas electorales de cada cuatro años, como se hizo costumbre en el pasado.
Algunas posturas podrían no tener una motivación particular y ocultable. Román Jáquez Liranzo es una garantía de probidad electoral que adquiere un valor especial a la luz de los hechos comiciales que conocemos.