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Ruidos y pérdida auditiva

Ruidos y pérdida auditiva

Anulfo Mateo Pérez

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Recuerdo cuando en la década de 1960, los jóvenes de Harlem en Nueva York se divertían con música alta dentro de sus autos en marcha o estacionados, bajo el efecto de sustancias psicoactivas… y agentes policiales les arrestaban por molestar a las familias que residían allí.

En nuestro país, jóvenes y otros no tan jóvenes se dedican a lo mismo, pero ante la indiferencia de las autoridades. Hace poco, amantes de la bulla protestaron en la Plaza de la Bandera para que las medidas anti-ruidos nocivos establecidas fueran “flexibilizadas”. De acuerdo a la Ley sobre Prevención, Supresión y Limitación de Ruidos Nocivos y Molestos que Producen Contaminación Sonora, el Estado debe prevenir la emisión de ruidos y sonidos molestos o dañinos.

La Ley 90-19 fue aprobada con la finalidad de regular y prohibir la emisión de ruidos innecesarios y dañinos a la salud física y mental. El artículo 8.1 de la misma prohíbe el ruido nocivo, molesto o perjudicial y que el infractor será sancionado. No obstante, estas regulaciones son “letra muerta” en la República Dominicana.

Las regulaciones puntualizan que las personas que utilicen los vehículos de motor en la vía pública, mediante el uso de bocinas o equipos de música o falta de silenciadores, obtendrán una pena de cinco a treinta salarios mínimos.

Se debe tener en cuenta que la OMS, en un informe sobre la audición, advirtió que la exposición prolongada y excesiva de la música fuerte y otros sonidos recreativos pueden causar pérdida permanente de la audición.

¿Qué nivel de sonido, medidos en decibeles, pueden tolerar tus oídos de manera segura? Las actividades ruidosas, incluida la música, pueden dañar la audición, extendiéndose a la salud en general y en particular a la salud mental.