Los 62 acueductos y 31 circuitos eléctricos afectados por la tormenta Fred, además de los más de 6,000 desplazados y las cientos de viviendas afectadas presentan un cuadro bastante tétrico sobre los efectos de la tormenta Fred.

La secuela pone el ojo en una realidad en la que no ahondan las estadísticas económicas y demográficas que resaltan los beneficios de la lucha contra la pobreza.

Tienen que ocurrir fenómenos naturales para palpar la fragilidad del servicio de agua potable, las terribles condiciones en que subsisten miles de familias y las precariedades del suministro de energía eléctrica.

A causa de los vientos y las lluvias servicios como el de la electricidad se agravaron, mientras las autoridades no hacían más que dar explicaciones. Si no se hablara tanto de un bienestar ficticio la población sería más comprensiva con una realidad que, como el sol, no se puede tapar con un dedo.