República Dominicana empezó a principios de octubre un plan de deportación masiva de ciudadanos haitianos en condición migratoria irregular. / Archivo
En la repatriación de haitianos indocumentados no debe haber atrás, a pesar de la inseguridad que campea en la vecina nación.
El presidente Luis Abinader ha dejado establecido que no obstante las presiones internacionales para flexibilizar las deportaciones, la política migratoria se mantendrá sin variación.
Es sabido que sectores ligados a la construcción y la producción agropecuaria han buscado un acuerdo que ampare a los indocumentados en vista de la escasez de mano de obra que se dice se ha creado con las repatriaciones de haitianos.
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Abinader no dejó de lamentar la crisis haitiana, pero advirtió que mientras la situación continúe su Gobierno mantendrá su política migratoria. La violencia en Haití, protagonizada por pandillas que según un informe de la ONU controlan el 85 % de Puerto Príncipe, se ha recrudecido en estos días.
Abinader ha ponderado el deseo de dialogar con República Dominicana del nuevo primer ministro, Alix Didier Fils-Aimé, pero reiteró que por ahora se seguirá con la actual política migratoria. Y lo cierto es que no obstante el despliegue de tropas extranjeras el problema haitiano es complicado.