Desde siempre las remesas han sido una de las principales fuentes de divisas de la economía, que compite con los aportes de la industria turística. Ante la pandemia del coronavirus los aportes del dominicano en el exterior se han incrementado de tal modo que en realidad no se sabe lo que habría ocurrido sin esa solidaridad.
Los envíos y el incremento merecen resaltarse, pero también reflexionar sobre la dependencia que sugieren las remesas. Si por alguna razón esos compatriotas disminuyen las remesas la economía está supuesta a pasar por malos momentos porque las exportaciones son insuficientes para compensar una reducción considerable de esos valiosos aportes.
Por ahora hay que dar gracias al Señor que el dominicano residente sobre todo en Estados Unidos ha experimentado algún tipo de mejoría que le ha permitido incrementar su solidaridad financiera con los suyos aquí. O tal vez ha sentido la necesidad de algún tipo de inversión.
En realidad son muchos los factores que inciden en el auspicioso crecimiento de un 60.5% en las remesas de que ha dado cuenta el Banco Central en el período enero-mayo de este año. Solo en mayo se recibieron 933.8 millones de dólares, que representan 295 millones más en comparación con 2020.
Pero durante los cinco meses el monto fue de 4,393.2 millones, unos 1,656.3 más que el mismo período de 2020. La solidaridad de los compatriotas que han emigrado a otros países es digna de exaltarse, pero también hay que pensar en la capacidad de la economía para generar divisas.