Como si no bastara con las tensiones sobre la guerra en Ucrania, la región podría convertirse en un barril de pólvora con la crisis que ha asomado con la incursión de buques venezolanos alrededor de instalaciones petroleras estadounidenses en Guyana.

Tras el ultimátum, el Gobierno de Venezuela aclaró que la zona donde estaban sus buques no pertenecen a Guyana, al tiempo que acusaba al presidente Irfaan Ali de mentir al respecto.

Venezuela señaló que el espacio marítimo que Guyana dice que violó está en disputa y que son ilegales las concesiones que se han efectuado a consorcios estadounidenses.

No respondió a la amenaza de consecuencias hecha por el gobierno estadounidense por el despliegue de unidades marítimas alrededor de las instalaciones de ExxonMobil en territorio guyanés. Washington asumió como guyanés el territorio que según Venezuela está en disputa.

La intervención de Estados Unidos en el conflicto territorial eleva más las tensiones no solo en el continente, sino en todo el planeta, sobre todo después de la confrontación en la Casa Blanca entre el presidente ucraniano Volodímir Zelenski y Donald Trump.

Si Venezuela tenía pensado intimidar a Guyana con las incursiones marítimas en un espacio en disputa tendrá que sopesarlo muy bien ante la determinación de Washington de intervenir en cualquier conflicto que afecte sus intereses.

La disputa con Guyana sobre el Esequibo no tiene otra salida como no sea por arbitraje internacional.