Con el alarde propio de sus intervenciones la procuradora adjunta Yeni Berenice Reynoso afirmó que las pruebas contra los imputados en la Operación Coral son más que suficientes para que se les condene en un juicio.
Tiene que ser así, porque de no contarse con documentos que demuestren las anomalías que se atribuyen a los detenidos, el Ministerio Público incurriría no solo en un abuso de poder, sino que el crédito se desplomaría en la lucha contra la corrupción.
Con la Operación Coral ni otros escándalos de corrupción que se investigan puede darse lo mismo que con el caso Odebrecht, en que fueron escogidos los presuntos culpables sin que a la fecha aparezcan las pruebas.
Después de tanta alharaca sería frustratorio que por falta de pruebas los tribunales se vean obligados a absolver al mayor general Adán Bonino Cáceres, al coronel Rafael Núñez de Aza y a la pastora Rossy Guzmán, entre otros imputados.
Por si las moscas el testimonio del mayor Raúl Girón Jiménez no es suficiente, si sus declaraciones no pueden probarse. Las evidencias con que dice contar le procuradora Reynoso adjunta debe preservarlas para cuando llegue su momento.