Los 17 elementos químicos a los que se le confiere el término de “tierras raras” estarían presentes en suelos residuales en el extremo de la Sierra de Baoruco, entre Pedernales, Independencia y Barahona, en cantidades suficientes como para despertar interés de Estados Unidos en su explotación.
La presencia en cantidades apreciables de esos químicos en suelo dominicano fue tema de abordaje en el encuentro entre el presidente Luis Abinader y el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, quien dijo que una delegación de militares estadounidenses realiza análisis técnicos.
El exministro de Energía y Minas, Antonio Isa Conde, puso en dudas que el potencial de tierras raras en el subsuelo dominicano alcance los 100 millones de toneladas, como estimó el presidente Luis Abinader, al señalar que China, líder mundial en ese sector solo tiene reservas comprobadas de 44 millones de toneladas.
Ese tema no ingresó en la agenda del secretario Rubio por capricho o casualidad, sino porque algún informe promisorio ofrecieron los técnicos del Ejército de Estados Unidos que indagaron sobre el potencial de los elementos de tierra rara detectados en el entorno de la Sierra de Baoruco.
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Las tierras raras representan valiosas materias primas para la fabricación de estructuras de aviones, pantallas de televisores, bombillas de bajo consumo, partes de automóviles, electrodomésticos, fabricación de drones, motores eléctricos y en otras muchas aplicaciones tecnológicas.
El presidente Abinader dijo que el potencial de los yacimientos de tierras raras será precisado dentro de tres meses, pero adelantó que se estima en 100 millones de toneladas métricas lo que duplicaría la producción de China, líder mundial en ese renglón.
Es posible que la cifra ofrecida por el mandatario sea inexacta, por lo que debe ser asumida como una estimación pendiente de confirmación, pero en torno a ese cálculo debería recrearse la expresión popular de que “hasta la mitad es mucho.”
Esas tierras raras pueden significar un gran salto hacia adelante para el lejano sur y para el desarrollo de la economía dominicana que agregaría un gran potencial en términos de recursos para ingresar a la IV Revolución Industrial, si Estados Unidos cumple su promesa de promover aquí la instalación de industrias de semiconductores.