La gente tendrá siempre sus razones para querer emigrar al extranjero, sin importar que la decisión conlleve arriesgar su propia vida. La tragedia del 9 de diciembre en Chiapas, donde murieron 11 de 16 dominicanos que iban en un camión repleto de migrantes, ha disparado la voz de alerta sobre el negocio del tráfico humano.
Días antes el director de Migración, Enrique García, anunció que se investigaba una red que traficaba con dominicanos a Estados Unidos a través de Centroamérica. Gracias a la pesquisa que con tanta responsabilidad asumió el funcionario se desarticuló una estructura que operaba en Baní, de donde son la mayoría de las víctimas de la tragedia en México.