El respaldo de Estados Unidos en la lucha contra la corrupción ha sido de primer orden, por lo menos en cuanto a persecución e iniciativas para prevenir la siniestra práctica.
Pese a lo que se ha logrado, el encargado de negocios, Robert Thomas, alertó a la población sobre la necesidad de permanecer vigilante y presionar por más reformas contra el mal.
Sin que a diferencia de otros tiempos sus declaraciones sean consideradas injerencistas, Thomas llamó a evitar que se pierdan reformas cruciales, que definió de frágiles y reversibles.
En otras palabras que la población tiene que estar atenta frente a cualquier intento por revertir la persecución de la corrupción, independientemente de quien esté en el poder.
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No hay que hacer mayores esfuerzos para captar en toda su magnitud la preocupación del diplomático, quien dentro de poco deja sus funciones aquí.