Alexei Nalvani, el opositor más firme y porfiado del presidente ruso Vladimir Putin, falleció este febrero 15 en el presidio ártico IK-3, dos días de trayecto en trineo al Polo Norte, temperatura constante 40 grados Celsius bajo cero, y de inmediato, la oposición rusa y la conciencia planetaria acusaron al líder ruso de asesinarlo.
El embajador ruso en Caracas, concurrente en RD, debe estar informado del apoyo del suscrito, desde el principio de la operación de ampliar acceso al mar Negro del presidente ruso, por interpretar es punta del iceberg para el proyecto superlativo de conformar un nuevo orden mundial multipolar, y quebrar el unipolar liderado por Estados Unidos, al concluir la II Guerra Mundial (1939-1945).
Pero debo disentir con el presidente Putin por su grave intolerancia por quienes contradicen su extenso mandato, encarcelándolos, deportándolos y eliminándolos.
Así no.
Presidente Putin.
Porque de esa cuestionable manera, asfixiando la disidencia, usted, presidente Putin, retorna la Federación Rusa al grimoso reciente pretérito del comunismo y la URSS, donde el último zar del bolchevismo, José Stalin, destinaba a sus contradictores prisiones en Siberia, permanente 50 grados Celsius bajo cero.
Alexander Soltzenizin, en su monumental obra Archipiélago Gulag, delineó con terribles perfiles inhumanos, los padecimientos de disidentes del totalitarismo comunista, por 73 fatídicos años, sofocó la disidencia, incurriendo en crímenes de lesa humanidad.
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Para concretizar su laudable proyecto de gestar un mundo multipolar, presidente Putin, usted no requiere postrar la disidencia, sino amarrar esa iniciativa de invaluable cambio redituable a la humanidad, donde el universo de quienes son sus contrarios, culminarán en insignificantes peones en una partida de ajedrez, mientras usted, presidente Putin, será el gran zar de esa promisoria ponencia suya.
Presidente Putin, sinceramente le sugiero modificar su intemperancia a la disidencia, que nada le resta a su clarividencia y posición del líder más sobresaliente del mundo de hoy, compartido con Xi Yin-ping, anulando que Yulia Navalnaya, viuda de Alexei Nalvany, y sus dos hijos Daria y Fahkar, redacten los oprobios de un nuevo Archipiélago Gulag, y sus lúgubres y espantosos pasillos de lesa humanidad de las prisiones en la Taiga siberiana.
El semanario de THNYT, insertado en Listín Diario este febrero 24, difunde los sufrimientos de Yulia Navalnaya acompañando a su marido, afectado por el neurotóxico Novichok, dispuesto por usted, presidente Putin, para eliminarlo, salvándose en hospital de Alemania, para luego fallecer en la prisión IK3 del ártico.
Presidente Putin, usted no debiera motivar por su obcecada negación a la disidencia, motivar que el Tribunal Penal Internacional de La Haya, inicie la redacción de un documento, acusándolo de crímenes de lesa humanidad.
Recomendación de quien es solidario con su clarividencia gestar mundo multipolar.