Está supeditada a un rango superior de mando la PGR? ¿Qué escándalos evidencian que sí? Bajo el manto de estos dos argumentos, o doble pregunta hay pruebas indiciales de corrupción en varios casos que nos mantienen decepcionados, o al menos, en expectativa.

A pesar de que la doctora Germán ha negado injerencia palaciega, ha dicho además, que no categoriza de amigos o enemigos estos acontecimientos, que actúa libremente. La prudencia exige aceptar con reservas estas opiniones, porque no nos autorizan a creer que serán respetadas. Las reglas del juego político en el país siempre incitan a que nos preguntemos acerca de la justa apreciación de la tentativa.

Y es que estas circunstancias desvelan un conflicto fundamental entre el Gobierno y la PGR independiente, y el envite que ha contribuido frente a los que están en justicia y con los calificativos de la fauna marina, y otros, como la querella de Participación Ciudadana, Santiago Somos Todos y Fundación Masada, con señales de estar sujetada por un poder superior; las “Visitas Sorpresa” con datos retenidos en Palacio; los sobornos de Odebretch del 2012-2020; el asfalto del MOPC, entre otros, son elementos, de hecho, que vuelven a evidenciar que existe una suerte de amparo de una autoridad superior, pues ni las exigencias de la cronología en los argumentos citados han contribuido a su explicación.

Pero, sobretodo, examinados diligentemente este acontecer corrupto por sectores de sociedad civil, sería fácil prever el futuro inmediato que no es otro que sancionar a los culpables. Tal es la gravedad de los delitos, que es un acto de clemencia el no interrogar a quien es el jefe del entramado, conducta esta que revela la asimetría en los juicios y hace entrever el poder y la naturaleza de la autoridad que influye para poner en apuros la autonomía de la PGR, que al menos en teoría, se nos ha esbozado.

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