Las defunciones y el elevadísimo costo hospitalario que tiene la covid son para que la gente reflexione sobre la expansión de la enfermedad. El tratamiento en los hospitales de Salud Pública es gratis, pero las dificultades con la alta ocupación de camas son un verdadero martirio.

Hablar que el internamiento de cualquier paciente en un centro privado puede costar hasta dos millones de pesos por unos días invita a reflexionar hasta a los más indiferentes con la enfermedad.

En su campaña para que la gente se vacune, las autoridades tienen que usar todos los recursos para evitar que más personas mueran o se eviten, en unos casos, unos gastos tan escalofriantes. De alguna manera la gente debe entender que la prevención es fundamental tanto para preservar la vida como para evitar una crisis económica.

Los detalles ofrecidos por especialistas y directores de hospitales son para que todos asuman la vacunación y el protocolo como una obligación para superar una pandemia que ha costado más de 3,700 vidas, sin hablar del costoso tratamiento. Para colmo, el repunte, alimentado tanto por los desafíos insensatos como por la falta de vigilancia rigurosa, aleja la deseada normalización de las actividades.

Es necesario recordar que mientras las defunciones, contagios, positividad y ocupación de camas sigan altos no se podría flexibilizar el toque de queda. Son muchas las razones para renunciar a las fiestas y aglomeraciones que aumentan el contagio y se respete el protocolo sanitario.