El Plan Nacional de Seguridad Ciudadana, que tuvo en Cristo Rey su punto de partida, no suponía la eliminación de la violencia callejera de golpe y porrazo.

Pensarlo era una vana ilusión, pues los resultados de ese tipo de proyectos se toman siempre su tiempo. Pero las heridas de bala a seis personas a quienes dispararon desde una yipeta cuando compartían el miércoles en la noche en el barrio La Agustinita es un suceso que las autoridades tienen que ponderar con mucho detenimiento.

El germen de la violencia está vivo y es posible que requiera de una acción más eficaz de la Policía para combatirlo. Los heridos, según el cuerpo, identificaron a tres de los pistoleros que dispararon contra el grupo, aunque no explicaron las razones.

En torno al programa implementado en junio por el Ministerio de Interior y Policía la gente tiene sus reservas. Y el temor hace que no exista una mayor colaboración. Ha habido muchos casos que generan preocupación entre los moradores de Cristo Rey.

Los disparos a personas desde un vehículo en marcha sugieren muchas hipótesis que la Policía tiene que analizar, además de perseguir a los responsables.