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Catalejo

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Anulfo Mateo Pérez

Ruido y salud

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El ruido es un agente físico que se mide en decibel. El límite máximo inofensivo para la salud es de 50 decibeles. Todo ruido en 70 decibeles, es francamente nocivo, y bajo ningún concepto debe tolerarse ruidos por encima de 130, que resulta doloroso y por lo general provoca daños inmediatos y graves.

Los niños son más vulnerables a los ruidos que los adultos, y los que estos consideran normales, a veces resultan muy dañinos para los infantes, por tener un sistema nervioso inmaduro, sobre todo el cerebro.

Los ruidos más allá de la tolerancia de un niño, le pueden provocar en ocasiones dolor en los oídos, expresándose mediante inquietud, irritabilidad, dificultad para conciliar el sueño y llanto continuo.

Entre los síntomas más frecuentes causados por el ruido se encuentran la fatiga, depresión, ansiedad, insomnio, irritabilidad, agresividad, exaltación del ánimo, cefalea, toma de memoria y apatía sexual.

Personas expuestas a la contaminación sónica pueden ser afectadas en su sistema nervioso autónomo y provocarle elevación anormal de la tensión arterial, taquicardia, temblores y discreta hipertonía muscular.

Los ruidos por encima de 70 decibeles pueden causar hipoacusia (disminución de la agudeza auditiva) y en el peor de los casos sordera, irreversible en ocasiones, por un daño severo en el aparato auditivo.

Es importante saber cuándo estamos expuestos a la contaminación acústica. Si carecemos de equipos y deseamos medir ruidos, los que estén próximos a los 70 decibeles nos impedirán el diálogo a un metro del interlocutor.

En esas circunstancias tendremos que alzar la voz para poder ser escuchados. Las personas sometidas a ruidos que no perciben por encima de 70, es porque su agudeza auditiva ha disminuido severamente.

Por: Anulfo Mateo Pérez

anulfomateo@gmail.com

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