Todo tipo de alimentos fritos y hervidos se venden en las calles. En muchos casos resalta la falta de higiene. Jorge Gonzalez
En una enorme cocina-comedor al aire libre se ha convertido el Gran Santo Domingo, principalmente la capital, por la gran cantidad de negocios de venta de comida en las calles de cualquier sector, con un manejo poco higiénico para los alimentos, lo que es un serio problema de salud pública.
Aunque el problema no es de ahora, se pone de nuevo sobre el tapete por las declaraciones del ministro de Salud Pública, Daniel Rivera, de que muchas de las personas que han detectado como positivos al cólera consumen alimentos mal cocidos o en lugares inadecuados, destacando que dependerá de la higiene individual evitar los contagios.
No es solo que no hay controles sanitarios, sino también que no hay acción de la alcaldía de la capital y de la Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) en lo referente a la ocupación ilegal de aceras ya que negocios y pequeñas camionetas son instaladas diariamente sin que se haga algo.
Te puede interesar leer: Comida callejera: un atentado salud consumidores
En un recorrido realizado por un equipo de El Nacional se pudo observar que la venta sin ningún control de todo tipo de alimentos cocidos, frutas y jugos en las calles del Distrito Nacional, parece estar en aumento, debido a la creciente población urbana móvil, al desempleo, y sobre todo, a la falta de controles sanitarios y de uso de los espacios públicos.
Freír o cocinar alimentos comunes es algo que no necesita de ningún entrenamiento especial. Para poner un lugar en donde se venda comida o desayuno la inversión es mínima ya que todo el mundo tiene calderos, estufas y pequeños tanques de gas, después de eso es comprar los alimentos, cocinarlos y ofertarlos, ese es el negocio. Por estas razones es tan fácil ganarse la vida de esta manera.
Pero quizás el factor más preocupante a la hora de ver el problema de las cocinas y las ventas de alimentos en las calles, es la no reglamentación de este oficio por parte del Ministerio de Salud Pública y de los ayuntamientos.
La gran mayoría de estos vendedores por lo regular no se toman la delicadeza de tomar medidas adecuadas de higiene.
De decenas de negocios visitados la falta de higiene y el mal manejo de los alimentos era evidente, aunque hay que destacar que muchos lugares de desayunos y empanadas tenían protocolos de higiene bien establecidos.