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Como cada Domingo: Adiós a Dennis

Como cada Domingo: Adiós a Dennis

José Rafael Sosa

Todos llegamos al mundo para irnos un día. No sabemos cuándo ni cómo. El único legado real que dejamos a los demás es el bien hacer que dejamos.

Ese será credencial de recuerdo con que habremos de quedar fijados en el imaginario de la colectividad con que nos relacionamos.

Cada día alguien muere. Por enfermedad. Por edad. Por circunstancias diversas. Y cada partida nos duele cuando quien se va es un ser conocido….y amado.

Es el caso que tenemos hoy: La semana que acaba de terminar, justo en la que se inició la 24 Feria Internacional del Libro de Santo Domingo a la que acudió tantas veces, desde la cual elevó su voz en defensa de los libreros, en la cual presentó su trabajo como editor y vendedor de libros, partió horas más tarde de conmemorarse el Día Nacional e Internacional del Libro.

Dennis Adalberto Peña Rodríguez

El doctor Dennis Adalberto Peña Rodríguez, presidente de la Asociación Dominicana de Libreros y de la Cámara del Libro, y hasta la hora de su fallecimiento, encargado de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas, de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.

Además de haber sido la voz de los libreros, su lucha por el libro y la lectura, Dennis Peña era un ángel terrenal capaz de prodigar infinitamente amor, servicio y solidaridad a quienes les rodeaban.

Desinteresado de lo material, el doctor Dennis Pena, trazó una línea de servicio a sus colegas, y desarrolló una hermandad especial con Yacqueline Díaz López y María Luisa Trejo.

Mantuvo una actitud crítica ante los excesivos egos del poder. Generoso, sabía desprenderse de bienes y recursos propios, en beneficio de sus colegas, familiares y amigos.

Lo más significativo en Dennis Peña, era su actitud de consejero sabio y constante. Podía ver la mejor manera de crear las condiciones para que su entorno humano, viviera y trabajara de la mejor manera posible.

Aspirar al descanso eterno para su alma, no será suficiente. Estará pendiente  de la forma  en cómo le va a sus compañeros libreros en la Feria del Libro, y pensará cómo se habrá difundido y vendido el libro en su propia caseta, la de Asodolibro, la cual está atendida por los mismos libreros a los que cuidó y amó.