Velar porque los valores patrios prevalezcan nos convoca a todos. Esto así: porque nuestra soberanía está siendo irrespetada, y seriamente amenazada.
Además del fluctuante conflicto fronterizo que hemos tenido desde siempre con el vecino país de Haití; hoy día la presión política internacional interviene nuestra autoridad política mediante él envió de un texto de ley (Trata de Personas), redactado en ese ámbito, a la medida de sus intereses.
Además, lo dirige al Poder Ejecutivo, con la sugerencia de que lo someta al Congreso Nacional, a fin de que este lo convierta en ley.
Lo expresado en el párrafo anterior, se dice y se escribe fácil, pero las implicaciones son muy graves y, de consecuencias impredecibles. Sin ánimo de ser alarmista ni xenófobo, considero que tal injerencia (inaceptable por demás), amerita el rechazo enérgico y militante que nos impone la dignidad con que fue fundada nuestra nación.
Recordemos el juramento del patricio Juan Pablo Duarte: “Nuestra Republica será soberana e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla”.
La jornada patriótica que debemos realizar ante el agravio que nos causa el referido texto: es compromiso de todos; el Gobierno esta en el deber de encabezarla. Se impone exigir un desagravio escrito, para dejar constancia histórica de decoro y dignidad.
La extensión territorial y el poderío económico-militar de un país, no le dan derecho a intervenir en la formulación de la política migratoria de otra nación; por más pequeña y pobre que esta sea. La historia de nuestro país registra episodios de ocupaciones militares que han mancillado el suelo patrio, y, de igual manera destaca el coraje desplegado por el pueblo dominicano para liberarse.
Para honrar la memoria de nuestros fundadores y la de los héroes y mártires que lucharon por nuestras independencia y libertades; nos toca actuar con firmeza y valentía. Ojalá que nuestras autoridades tomen la iniciativa correcta, y que la ciudadanía le apoye en la dimensión que amerite, pues, el tema es compromiso de todos.