La crisis económica, el cambio de la moneda dominicana por la española, el temor a volver a ser esclavos de España y la práctica de despojar a los campesinos de sus caballos para transporta tropas fueron cuatro de las causas que motivaron la acción de los dominicanos de llevar a cabo una revuelta armada conocida como la Restauración.
La anexión a España que ejecutó Pedro Santana se llevó a cabo el 18 de marzo de 1861, en la plaza frente de la Catedral, ahora Zona Colonial, donde se hizo la proclama acompañado del gabinete, disparando decenas de cañonazos, se izo la bandera de España en la Puerta del Conde donde Santana proclamó la reincorporación a España expresando a viva voz ¡Viva Doña Isabel II !, según se describe en la obra «Historia del Pueblo Dominicano», página 257.
Los dominicanos siempre rechazaron proyecto y después de varias escaramuzas de rebelión de los dominicanos contra los españoles en distingos lugares del país, el 16 de agosto de 1863, Benito Monción y Santiago Rodríguez cruzaron la frontera y entrar al territorio dominicano con 80 hombres en Capotillo, de Dajabón hicieron la proclama de enfrentar el ejército español y enarbolaron la bandera dominicana.
Acto seguido las tropas dominicanas se desplazaron sin resistencia por Dajabón, en dirección a Santiago, pero entre el paso del río Macabón y Guayubín, Montecristi los restauradores se encontraron con la tropa del «denominado hombre duro» y comandante español, jefe del batallón San Quintín y gobernador de Santiago Manuel Buceta, que había salido a enfrentar los restauradores, dando lugar a los primeros enfrentamientos.
Los dominicanos bajo el mando de Pedro Antonio Pimentel y Benito Monción se enfrentaron a la tropas de Buceta, a quienes en poco tiempo de les ocasionaron múltiples bajas y los españoles tuvieron que emprender la huida.
Buceta en su escapada cambió de rumbo, desplazándose hacía la costa con la finalidad de retornar a Santiago, pero los dominicanos en caballos y mulos lo persiguieron y en la comunidad de Doña Antonia, ahora próximo a la entrada de Punta Rusia, en la autopista Duarte, de nuevo lo alcanzaron realizándose otro combate dando lugar a la segunda derrota en 24 horas y Buceta y los hombres que les quedaban de nuevo escaparon hacia Santiago.
El 22 de agosto las tropas restauradoras volvieron a enfrentarse con los españoles en Guayacanes, ahora comunidad de Valverde, ocasionándoles una tercera derrota y donde murió coronel Alejandro Robles, considerado uno de los militares más preparado del ejército español.
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Después de varios choques entre ambas tropas en varios lugares de línea noroeste, el pánico se apoderó del ejército español, quienes retornaron a Santiago, donde recibieron varios refuerzo de Santo Domingo, según describen los historiadores.
El comandante Buceta, pudo retornar a Santiago, y los restauradores comenzaban celebrar por haber tomado las ciudades de Dajabón, Montecristi y Santiago Rodríguez.
El 31 de agosto el general Polanco llegaba a Santiago con 1000 hombre y de inmediato comenzó asediar las tropas de Buceta que se habían refugiado en la fortaleza San Luis.
En medio de la tensión Buceta disparo los cañones de la fortaleza con piezas rellenas de trapos cargados de alquitrán para hacer fuego en los techos de canas de la ciudad ocasionando un gran incendio en la ciudad de Santiago.
Los restauradores tuvieron que retirarse hacia las afuera de Santiago específicamente Gurabito, La Otra Banda, Los Chachases, acción que le permitió a los españoles reabastecerse de alimentos y comenzar su escapada hacia Puerto Plata.
Entre los días 5 al 9 de septiembre del 1863, Buceta estaba proponiendo capitulación a los restauradores, pero aprovechaba para continuar sacando sus pertrechos militares hacia Puerto Plata, donde había llegado el brigadier Rafael Primo, procedente de Cuba, con un batallón de hombre para darle apoyo.
El 14 de septiembre después de la salida de los españoles los restauradores escogieron su primer gobierno como presidente de la República con asiento en Santiago fue nombrado el general José Antonio Salcedo y como vicepresidente Benigno Filomeno de Rojas, dando inicio al Gobierno restaurador.
El 15 de septiembre salió para Santiago, desde Santo Domingo el general Pedro Santana con un ejército compuesto cazadores de Bailen San Marcial, pero las tropas en Sillón de Viuda, se encontraron con una tropa comandada por Luperón y obligaron a la tropa de Santana a replegarse con pérdida de varios hombres.