Esta mañana continuaban las restricciones del servicio y el bloqueo selectivo de redes sociales que ha obstaculizado el flujo de información en Cuba, tras las históricas protestas del domingo donde manifestantes difundieron “en vivo” lo que estaba pasando en distintos puntos de ese país.

Esa fue una manera inteligente de respuesta del presidente Miguel Díaz-Canel a la llamada “revolución digital” de los opositores que, desde la masificación del acceso a internet entre los cubanos hace poco más de dos años, ha generado vías de información alternativas a los medios oficiales.

En la actual coyuntura mundial, la represión masiva hubiese sido un error mayúsculo, en un país donde los apagones duran hasta 20 horas en los pueblos del interior y 12 en los barrios de la capital.

Una sociedad donde países hermanos como Costa Rica han tenido que enviar hasta pan, a los sectores más vulnerables. Cuba, al igual que las demás naciones del mundo está pasando por su peor momento económico, con una Rusia aliada pero de la que recibe más apoyo moral e ideológico que económico, y de Venezuela no es mucho lo que puede esperar.

Con lo que pasó el domingo se demostró que muchos cubanos han comenzado a perder el miedo, después de vivir seis décadas de temores en temores, bajo la férrea dictadura de los Castro.

Lo que comenzó como una especie de “teteo” a la dominicana, en el pequeño pueblo de San Antonio de los Baños, a 26 kilómetros de La Habana, en pocas horas se expandió como una ola por el resto de Cuba.

Fue desde ahí, donde desde las 9:00 de la mañana iniciaron las primeras transmisiones en vivo de personas protestando en las calles a través de Facebook Live, bautizado por los jóvenes cubanos como “la directa”.

Además de Facebook, que es la red más importante en la isla, los cubanos utilizaron durante las protestas Whatsapp, Signal, Telegram, y en menor medida, Twitter e Instagram.

No tengo dudas de que lo que comenzó el domingo en San Antonio de los Baños marcó un antes y un después en la historia reciente de la isla y en el futuro de los cubanos.

Por: José Antonio Torres

joseatorres1960@hotmail.com