Opinión Articulistas

De farsantes, líbranos Dios

De farsantes, líbranos Dios

Chiqui Vicioso

Aún intoxicada con la bofetada política que le ha dado México al mundo, eligiendo a una mexico-judia mujer socialista, cientifica, efectivisima en su trabajo, como presidenta, en un momento en que la Argentina tiene de presidente a un judio que declara que se comunica con Dios via una vidente que habla con sus perros; y además es el unico invitado, junto con Bukele, al congreso de Trump.

Y en un momento en que precisamente a Trump lo acaban de condenar por el caso Stormy Daniels, una prostituta a la que le pagó un dineral de los contibuyentes, tan vulgar que Melania adquiere dimensiones casi de realeza en el mundo de las Scorts, quedando evidenciado como un depredador sexual que para colmo aún tiene posibilidad de asumir la presidencia del país mas poderoso del mundo:

En un momento en que me he permitido mi único jumo de tequila, y he agradecido el preclaro ejercicio de la politica de Obrador, su infinita dignidad y el hecho de que haya preferido, como Mandela, pasar a la Historia como un gran estadista, a las angurrias del poder.

En un momento asi, repito, las incesantes mentiras que difundió un hombre resentido por no haber podido someter a su esposa a una esclavitud sin término, de indole económica y sin las obligaciones conyugales que justifican un matrimonio, le han echado jabón a mi salcocho.

No por mi, sino porque temiendo que no podrá doblarle el brazo al Sistema Judicial dominicano, que está como todos clarísimo sobre el tema de la custodia de los hijos en caso de divorcio, ya empezó lo que espero sera su última campaña de difamación contra la mujer a la que prometió “destruirle la profesión, quitarle los hijos, y hasta la vida”.

Ahora, este “niñero”, que recibió durante quince años cuatro mil dólares mensuales, más una vivienda como oficina, y el financiamiento de todos sus fallidos proyectos económicos, de su esposa, porque en “los Estados Unidos los hombres cobran el trabajo doméstico” basa su ofensiva en convencer a sus niños de que su madre es una “mentirosa”, y los llama cada noche para envenenar dos almas a la que hace tiempo conduce al suicidio moral o, si no lo impedimos, real.

Exitoso con su campaña a nivel profesional, donde un superior le declara a quien exige los expedientes de supuesta culpabilidad de la difamada que “nunca los he leido, solo los he oido mencionar”; y quien puede resolver el problema con una sola demanda:

“Dejen que se defienda” se hace el loco, tengo que reconocer que la mentira es un poder.
Sólo que las poetas somos tercas y obsesivas, no solo con las palabras.