General Ernesto Rodríguez García
Está por determinarse si fue por encubrimiento, incapacidad o desconocimiento que dos generales de la Policía erraron en sus versiones, al menos de acuerdo con el Ministerio Público, sobre las muertes tras ser detenidos de Richard Báez y David de los Santos.
En medio de la oleada de indignación por ambos decesos cuesta aceptar que el inspector general de la Policía, Claudio Peguero Castillo, afirmara que los agentes del cuerpo no cometieron excesos en el caso de De los Santos.
Pero la misma suspicacia genera la versión del general Ernesto Rodríguez García, comandante de Santiago, quien aseguró que Báez había sido entregado “sano y salvo” a la fiscalía.
En una investigación el Ministerio Público determinó prácticamente en cuestión de horas que el capitán Domingo Alberto Rodríguez, el segundo teniente Germán García de la Cruz, el cabo Alfonso Decena Hernández y el raso San Manuel González García tenían que ver con la muerte de De los Santos.
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Por la muerte de Báez la fiscalía de Santiago acusó al capitán Manolo Aquino, al primer teniente Manuel de Jesús de la Cruz y al segundo teniente Vladimir Joel Jerez Suárez.
La versión de los generales de la Policía sobre los espantosos crímenes se percibe más como protección de los agentes que como incapacidad para establecer la verdad. Y en medio de una atmósfera tan cargada versiones tan inconsistentes, sin importar que se inscriban en una tradición, generan muchas conjeturas.
