La confiscación de 548 paquetes de cocaína en Pedernales vuelve a disparar las conjeturas sobre la insistencia del narcotráfico de utilizar a República Dominicana, pese a los reiterados golpes, como trampolín para llevar la droga a Estados Unidos o Europa. Pero también llama la atención que en lugar de dejar que llegue a su destino, las autoridades decomisen la droga en alta mar.
De esa manera las autoridades, que tanto suelen ufanarse de los operativos, darían un golpe más contundente al confiscar la mercancía, pero también capturar a quienes la transportan y la reciben una vez que llega a su destino. A veces se piensa que el narco sacrifica cargamentos para colar en el territorio otros de más envergadura.
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Esta vez fueron apresados dos dominicanos durante la persecución de una lancha rápida que según la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) transportaba la mercancía. La DNCD dice que la persecución contó con el respaldo de la Armada, la Fuerza Aérea y el Ejército, así como de la Procuraduría General de la República y servicios de inteligencia del Estado.