Tras la superación del “nudo legal”, el ministro de Educación, Roberto Fulcar, anunció que pronto se comenzará la habilitación física de más de 360 planteles para el inicio en septiembre de la docencia presencial a nivel nacional.

En abono a las expectativas sobre la apertura del año escolar el ministro de Obras Públicas, Deligne Ascención informó que se concluyen 1,125 aulas nuevas para garantizar que por falta de espacio ningún estudiante se quede sin recibir la docencia.

Siempre existirán sus inconvenientes con relación a los planteles, pero en medio de las limitaciones resulta alentadora la afirmación del presidente Luis Abinader en el sentido de que tras la normalización de todas las actividades se enfocará en la calidad de la enseñanza. Se ha convertido en una cultura asociar el éxito de la enseñanza con la construcción de planteles, obviándose la formación y la disposición de los profesores para cumplir con la sagrada misión de educar.

El año que concluyó, impartido en forma virtual y a través de la radio y la televisión no tendría el éxito que ha reivindicado el ministro Fulcar, pero tampoco fue un tiempo perdido. Superadas las trabas legales que impedían a Educación la ejecución de varios proyectos el camino parece despejado para abordar los desafíos.

Con un septiembre que está a tiro de piedra cabe esperar que no surjan excusas para justificar inconvenientes con la apertura de la docencia. Después de más de un año fuera de las aulas ha habido tiempo para planificar todo lo relacionado con la apertura de la enseñanza presencial.