Santo Domingo.- La fecha del 27 de febrero de 1844 tiene un valor histórico inconmensurable para los dominicanos. Se trata del anuncio del nacimiento de la República Dominicana y de su decisión inquebrantable de ocupar un lugar de honor en el concierto de naciones libres del mundo.

Así lo afirma el destacado historiador y profesor de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) Héctor Luis Martínez, quien agrega que “forjado con la tutela de la dominación española, para la fecha indicada, los dominicanos de entonces dieron la señal de ruptura con las ataduras coloniales, de su divorcio con la idea de una fusión insostenible con el Oeste, y de la disposición a labrar su propio camino”.

Sobre el respeto que se ha tenido por este histórico logro, expresa que este respeto por la soberanía del pueblo dominicano se percibe en las muestras de su defensa cuantas veces ha sido amenazada.

“En estos casos, sus mejores hijos siempre han asumido su defensa con fervor patriótico. Ahí están los ejemplos de los restauradores de la independencia en 1861-1865 y de la resistencia a los yanquis invasores en 1916 y 1965. Desafortunadamente, hoy se ciernen otras amenazas, no necesariamente de tipo militar como las referidas, pero igual de peligrosas. Me refiero a ciertos componentes de la agenda del mundo globalizado de hoy que van contra las esencias de la dominicanidad. Es el caso de la orientación de la educación formal, de valores en la estructura familiar y de orden migratorio. Ante esas pretensiones, asumidas por ciertas minorías, se impone se demande el respeto de lo que nos hace distintivamente dominicanos”.

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El historiador afirma que la mayor dificultad para mantener y afianzar la independencia legada consiste en nuestra condición de país que pertenece a la periferia, como diría Cardoso.

“Esto indica que estamos bajo la influencia del gran capital y sus derivaciones, ayer, norteamericano con exclusividad, hoy, compartido con otras potencias. La segunda gran dificultad reside en los dominicanos que, por alimentar intereses y fortunas, les hacen el juego”.

Explica que no hacen falta nuevas instituciones para mantener este legado pues existen suficientes y cuentan con normativas a tono con lo que se requiere hoy. El problema está en la doble moral de quienes tienen la responsabilidad de cumplir dichas normas y hacerlas cumplir. Mientras, seguimos apostando a la llegada de un cuerpo de autoridades, oficiales y privadas, que asuman y actúen en la dirección de la normativa jurídica y cultural del país.

Defensores

“Los pueblos siempre cuentan con sus defensores con sentido del mayor compromiso”, expresa Martínez ante la interrogante de si cree que contamos con patriotas como los héroes de la Independencia dispuestos a darlo todo por el país.

“No es necesario identificar ni contar los amantes de la patria, tampoco ellos tienen que confesar ese sentimiento. Lo que más importa, como sucedió en la Guerra de Abril de 1965, es que siempre dicen presente cuando se hace pública la convocatoria por la defensa sagrada de la patria. Hoy, son ostensibles ciertas amenazas, quisiera que esa cita no sea necesaria por ahora”.