Editorial Opinión

El areópago

El areópago

El Poder Ejecutivo depositó ayer en el Senado tres proyectos de ley ante los cuales el Congreso debería erigirse en areópago donde acudan representantes de los diferentes sectores interesados en  exponer sobre sus bondades o perjuicios, toda vez  que esas  legislaciones gravitarían grandemente sobre la economía y la sociedad.

Ese paquete legislativo incluye el proyecto que reorganiza al sector de los combustibles, el que modifica la ley  general de  contrataciones públicas y el que instituye  el régimen  aplicable  para la regulación de los fideicomisos públicos, todos los cuales se refieren a temas que han sido objeto de  controversia.

La reforma a ley de comercialización de derivados de petróleo es un añejo reclamo de consumidores, industriales, transportistas, comerciantes y de  intervinientes en el mercado de hidrocarburos, pero el incremento en los precios del petróleo ha sido motivo esencial para  la redacción de ese proyecto.

La figura del fideicomiso público es inexistente a nivel de la legislación dominicana, aunque el Gobierno la emplea para  concretar alianza  con el sector privado  en obras de infraestructura  o manejo operativo de  empresas o  activos  estatales.

El presidente Luis Abinader envió al Congreso un proyecto de ley que supliría   la ausencia de un estatuto legal que regule ese tipo de sociedad signada en una fiducia,  cuya aplicación también ha sido objeto de intensas controversias, como fue el caso del anunciado fideicomiso para  administrar la central termoeléctrica Punta Catalina.

La Ley de Compras y Contrataciones Públicas constituye otro dolor de cabeza para  el Gobierno por sus difíciles entramados jurídicos y burocráticos que causan retrasos en la licitación de obras, por lo que el Ejecutivo  ha propuesto un proyecto de modificación de ese estatuto.

En el conocimiento, ponderación, aprobación o rechazo de esos proyectos, las cámaras legislativas están compelidas a escuchar a todo aquel que tenga  algo que exponer, a exhibir transparencia e independencia y legislar en beneficio y provecho de los mejores intereses de la nación.

Ha hecho bien el presidente Abinader en enviar ayer mismo los citados proyectos, en cumplimiento de una promesa contenida en su discurso de rendición de cuentas del domingo. Ojalá que  esas iniciativas  reflejen  el anhelado consenso que debe prevalecer en todo lo referido a la  agenda nacional.

El Nacional

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